Llega el invierno y Mary está más atareada que nunca: ha de
caldear la casa, recoger los tomates, envasar la mermelada y mil cosas más.
Después de una dura jornada, Mary todavía tiene que procurar que a su comodón
marido no le falte de nada. Mary tiene que hacerlo todo y siempre tiene que
hacerlo corriendo... hasta que, un día, Mary se harta.
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