Esta es la historia de un gorila
al que sus cuidadores enseñaron el lenguaje de los signos. De esta manera el
gorila podía decirles lo que quería, haciendo señas con las manos. El gorila
tenía todo lo que podía necesitar, tenía hasta televisión y un cómodo sofá.
Pero aún así el gorila estaba triste.
Un día les dijo a los cuidadores
que lo que quería era un amigo. Ellos se pusieron a pensar en una solución
porque no había más gorilas en el zoo. A uno de ellos se le ocurrió que podían
traerle a un gatito pequeño que se llama Linda. “No te lo comas”, le dijeron. Y
Linda y el gorila se hicieron grandes amigos. Pero un día algo ocurre que hace
que los cuidadores decidan separarlos. Linda demostrará hasta que punto es
importante su amistad con el gorila.
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